¿Leishmaniasis y cómo prevenirla?

¿Qué es la Leishmaniosis canina y cómo prevenirla?
Índice
  1. ¿Qué es la Leishmaniasis canina y cómo prevenirla?
  2. ¿Cómo es el diagnóstico?
  3. Prevención de la enfermedad.
  4. ¿Qué tratamiento se usa para la Leishmaniasis canina?
  5. ¿La Leishmaniasis canina se cura definitivamente?

¿Qué es la Leishmaniasis canina y cómo prevenirla?

La Leishmaniasis canina es una enfermedad de origen infeccioso provocada por el parásito protozoo Leishmania infantum. Afecta con más frecuencia a las razas grandes y a los perros jóvenes, menores de un año. Las condiciones de salud, inmunológicas y ambientales pueden hacer que está enfermedad avance más o menos rápido por el cuerpo de nuestros perros.

El protozoo Leishmania infantum se transmite, mayormente, por la picadura del mosquito flebotomo. Este parásito se aloja en los órganos del perro. Los síntomas pueden aparecer pasados 4 a 6 meses, pero con un diagnóstico a tiempo, el pronóstico es muy favorable.

Debes mantenerte alerta con los cambios en la piel de tu perro, porque es allí donde se manifiesta la Leishmaniasis canina. Apatía, fiebre, lágrimas, dificultades para caminar, atrofia muscular, ganglios inflamados, alopecia son algunos de los síntomas más comunes.

Uno de los problemas más frecuentes con esta enfermedad, es que en algunos casos, los síntomas son evidentes, mientras que otros no. En estos últimos hay que practicar pruebas periódicas o kits rápidos para detectar la enfermedad.

No dejes pasar la oportunidad de mantener a tu perro seguro ante este tipo de enfermedades. Cuando la enfermedad avanza, puede afectar órganos como riñones, bazo, hígado y las complicaciones podrían terminar en la muerte. Es por esto que el diagnóstico temprano es fundamental. Para esto, un veterinario realizará análisis completos en los que se verá el estado de la piel, la sangre, plaquetas, proteínas, etc en el cuerpo de tu perro. Si la Leishmaniasis ya ha llegado hasta los riñones, se podrá observar un desenlace de glóbulos blancos respecto a los niveles normales. El médico puede pedir orina específicas para comenzar el tratamiento.

¿Cómo es el diagnóstico?

Existen varias formas de diagnóstico como la medición de anticuerpos, pruebas biológicas moleculares o citologías para observar bajo el microscopio el parásito protozoo. Hay que tener en cuenta que este parásito no es sinónimo de la enfermedad. Existen perros que dan positivo para el contagio, pero no desarrollan la enfermedad ni sus síntomas. Es más probable que la picadura del mosquito sea peligrosa cuando las defensas del perro están bajas o cuando hay problemas con el sistema inmune

Prevención de la enfermedad.

Proteger a nuestro perro de esta y otras enfermedades potencialmente peligrosas es muy importante.

Los sprays, piletas, aerosoles y collares anti mosquito son fáciles de conseguir y usar para mantener estos parásitos lejos de tu perro. Hay que prestar especial atención cuando circulemos por zonas endémicas donde proliferan los mosquitos portadores de la Leishmaniasis canina.

También hay que vacunar a nuestros perros desde los 6 meses contra la Leishmania. Esto es especialmente importante para los perros que viven en zonas donde se encuentran estos mosquitos. Como todas las vacunas, no elimina la posibilidad de contraer la enfermedad, sino que reduce las posibilidades de que este diagnóstico sea fatal. Recuerda que la aplicación de la vacuna solo se puede hacer en pacientes que hayan dado negativo para un examen de serología y siempre debe estar acompañada de tratamientos tópicos que alejen a los mosquitos de la piel de los perros.

Existen medicamentos que han probado ser efectivos en la prevención y tratamiento de la Leishmaniasis canina. El principio activo de la Domleridona es capaz de ayudar al sistema celular a defenderse y fortalecer a los leucocitos, los anticuerpos que luchan contra la reproducción del parásito en el organismo.

Para nosotros, el mejor tratamiento es la prevención, por eso las pruebas serológicas deben realizarse cada seis meses para detectar de forma temprana está y otras enfermedades. Sobre todo para los perros que se encuentran en mayor riesgo de contraer. Recuerda que no usar ningún método de prevención expone a nuestros perros a contagios peligrosos.

¿Qué tratamiento se usa para la Leishmaniasis canina?

Como en todo los casos médicos, hay que individualizar el tratamiento. La gravedad de las lesiones, el estado interno de los órganos y las complicaciones que puedan haber surgido, determinarán el tratamiento a seguir.

En la mayoría de los pacientes, se usa un tratamiento con fármacos que se acompaña de un ajuste en la dieta para acelerar la recuperación.

Alopurinom es un medicamento que se toma de forma oral cada 12 horas por entre 6 a 12 meses.
Antimoniato de meglumina. También se administra vía oral cada 12 horas durante seis semanas. Este fármaco es efectivo contra la infección, pero hay que tener precaución. Puede ser dañino para el riñón y hay que evaluar el estado de la función renal.
Miltefosina. Este fármaco sólo se toma cada 24 horas por 4 semanas.

El tratamiento puede ser combinado o usar solo un medicamento, según la condición del perro. Es importante que él educó veterinario realice pruebas para verificar que el tratamiento haya eliminado la infección.

Debes tener en cuenta que este es un tratamiento de mínimo 6 meses. Puede que la enfermedad derive en un cuadro clínico crónico y el perro tendrá una buena calidad, si tienen un diagnóstico a tiempo y adecuado. Es importante mantener al perro en controles sanitarios para evitar recaídas.

No se puede establecer, a priori, una esperanza de vida. La respuesta al tratamiento, el diagnóstico temprano y la salud general del perro son determinantes para hacer un pronóstico.

¿La Leishmaniasis canina se cura definitivamente?

Como todas las infecciones, el riesgo se reduce cuando de que la recuperación ha sido satisfactoria. Sin embargo, es importante llevarlo rápidamente al médico ante la sospecha de Leishmaniasis canina o cualquier otro problema de salud.

Pruebas de sangre. En la primera consulta el veterinario hará una diagnóstico físico detallado y pedirá exámenes sanguíneos y bioquímicos para evaluar los niveles de glóbulos blancos, la función renal y hepática o infecciones. Estas muestras son importantes para orientar el diagnóstico lo más rápido y certeramente posible.

También se puede solicitar una Proteinograma para determinar si el parásito ha vuelto y si se está reproduciendo de nuevo. Esta prueba se suele acompañar de una serología para determinar los niveles de anticuerpos en sangre.

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