Reactividad en los perros

Cuando tenemos un perro extremadamente sensible e interactivo con los impulsores externos, puede ser un gran dolor de cabeza para todos. Tengamos presente que la reactividad en los perros es una respuesta emocional que se produce ante ciertos estímulos. Puede que nuestro perro haya tenido una mala socialización o esté lidiando con mucha frustración.
¿Qué es la reactividad en los perros?
Los profesionales definen este comportamiento como una respuesta emocional. Específicamente se trata del comportamiento de los perros que deriva en emociones negativas o positivas. También pueden darse episodios de reacción unidas al miedo o la frustración. Sin embargo, también se presentan casos en los que este comportamiento animal aflora ante un estímulo concreto en todas las ocasiones en las que se presenta y no de forma ocasional.
También es un mito inferir que la reactividad canina sólo se presenta ante otros perros. Cualquier gestión puramente emocional y en la que no hay ninguna autorregulación cognitiva, se considera como reactividad canina. De esta forma, no podemos decir que esa conducta se desate ante estímulos específicos, sino que tiene que ver con la forma en la que el animal maneja sus emociones.
Es un error pensar en la reactividad como pura agresividad. En realidad los especialistas aseguran que un perro reactivo muestra conductas desordenadas, exageradas e intensas. El estímulo puede provenir de una situación positiva y desencadenar un ataque de alegría o de una situación negativa y despertar un episodio de miedo.
No debemos pasar por alto que un perro que puede reaccionar con miedo o desconfianza exagerada, lo puede hacer también ante una persona amigable y conocida y explotar en un ataque de euforia y alegría desmedida.
Tengamos presente que el patrón de reactividad se caracteriza con conductas intensas y desordenadas ante las que el perro no es capaz de seguir órdenes sencillas.
¿Por qué mi perro tiene un comportamiento reactivo?
Aunque puedes estar preocupado por el comportamiento de tu perro, debes saber que puedes enseñar a tu mascota a gestionar bien sus emociones. El origen reactivo de su comportamiento puede ser multifactorial. Problemas en la socialización temprana, miedo o fobias, episodios ansiosos, educación inadecuada, castigos, sobre estimulación, juegos demasiados intensos y un largo etc.
Dumb Friends League es una asociación estadounidense creada en 1910 con el firme deseo de proteger y concientizar sobre la educación de las mascotas. Varios de sus estudios se especializan en el comportamiento reactivo y hablan de 3 comportamientos que inciden de forma importante en el desarrollo del comportamiento reactivo.
Frustración. En ocasiones los perros pueden descontrolarse al ver una persona si se encuentran retenidos con una correa. La fuerza de retención que ejerce la correa aumenta la frustración y se desencadena el comportamiento reactivo.
Miedo. La falta de socialización temprana o los traumas del pasado pueden hacer que los perros se vuelvan temerosos ante ciertas personas. Es por esto que pueden ser reactivos al encontrarse en espacios con otros perros o personas.
Reactividad por asociación. Cuando los perros ven a una persona, objeto u otros perros que les cause curiosidad y al acercarse son tirados de la correa, es posible que así asocien estás circunstancias con castigos con el jalón.
Si tengo un perro reactivo, ¿qué puedo hacer para la reactividad en los perros?
Antes de empezar debemos advertir que la mejor forma de ayudar a nuestros perros reactivos es acudir a un especialista. De esta forma se podrán observar las particularidades de cada caso.
Un especialista en perros te ayudará a entender cuáles son los estímulos o situaciones que suponen una ocasión para un ataque de reactividad. También te ayudará a no someter al perro a niveles altos de estimulación porque esto empeora su estado amigo.
Cuando ya conoces cuál es el estímulo que hace tu perro un cam reactivo, lo mejor es mantenerlos alejado de esta situación por un tiempo. Esto ayudará a trabajar la obediencia y el refuerzo positivo.
Después de esta primera fase conviene empezar a introducir este estímulo de forma progresiva. Recuerda mantener al perro en una distancia en la que pueda mantener la tolerancia. Cuando el perro reconozca el estímulo lo mejor es distraerlo. Puedes usar juegos, comidas, palabras agradables, etc. Esta es la forma en la que vas a conseguir que el perro obedezca de forma relajada.
Si el perro logra controlar su reactividad ante el estímulo sin ladrar ni saltar hacia él, es hora de darle un premio mayor. La comida, las palabras de motivación y las caricias funcionan muy bien.
En caso de que el perro se descontrole por saludar, hay que hacerlo igual y al final dejar que se acerque de forma tranquila y controlada. Tienes que tener presente que este es un trabajo de mucho tiempo. No debes exponer al perro los estímulos de una forma muy apresurada.
¿Qué recomienda Dumb Friends League para este proceso?
Una buena práctica es enseñar a los perros la reorientación. Es decir, enseñarle objetos, sonidos o palabras que capten su atención. Una vez que consigas esto, será mucho más fácil hacer que el perro dirija su atención hacia ti cuando tenga un momento de reactividad.
Una buena forma empezar a educar las emociones de tu perros es alejarlo de los estímulos e ir avanzando poco a poco. Recuerda que reforzar los comportamientos apropiados y tranquilos es la mejor forma de hacerle saber a tu perro que está avanzando.
Evita exponer al perro a demasiados estímulos, pero si no puedes trata de redirigir la conducta suavemente y con calma. Si intentas castigarlo, los problemas solo van a aumentar. Estos jalones de correa son la peor opción. Si no tienes el control frente a tu perro puede que este desarrolle ataques de mordidas o accidentes graves.
Tampoco debes jalar o tensar la correa cuando el perro está cerca de tener un ataque de reactividad. Si sabes que estás ante una situación que desencadena el descontrol de tu perro, no debe reaccionar bruscamente.
Deja una respuesta
Te podría interesar